Luz: indirecta, uno de los cuidados de la begonia fundamental

A falta de entrar en detalles según la especie, la mayor parte de las begonias necesitan una buena dosis de luminosidad, pero siempre tamizada, no suelen tolerar el sol directo ya que puede quemar sus hojas.

También hay que considerar que un buen número de las tuberosas admiten, incluso, condiciones de semi sombra si bien no es lo habitual en las de cultivo doméstico.

Humedad: regular en el sustrato y ambiental, fundamental para su crecimiento

La begonia es una planta amante de la humedad, pero no confundamos eso con encharcarla. Si bien es cierto que necesita contar con un buen grado de humedad de manera constante, excedernos puede provocar que el sistema radicular se pudra. Más allá de regar cuando realmente es oportuno, es importante que nuestra planta cuente con un sustrato que retengan la humedad, pero, a la vez, sean capaces de mantener la aireación.

Sustrato: Aunque pueda parecernos secundario, el sustrato es clave en los cuidados de la begonia. Consigue nuestra fórmula especialmente diseñada para plantas verdes, tiene que ser suelto con buena carga vegetal, y contenes perlita

Riego: Durante los meses de frío, bastará con un riego cada siete o nueve días; en los meses de calor, tendremos que hidratarla cada máximo tres días. Pero ojo: tan importante como tener buen tino con el riego es saber cómo regar nuestra begonia correctamente. Aunque pensemos que hacerlo con regadera es lo más oportuno, olvidémoslo. Lo ideal es poner agua en el bajo plato de la planta y permitir que sea ella quien se hidrate. De esta manera, evitaremos mojar hojas y flores.

Al margen de esto, la begonia necesita cierta humedad ambiental. Algo que nunca haremos pulverizando sus hojas o flores a riesgo de estropearlas. Lo ideal: colocar un plato bajo la maceta, separado de la base por alguna enmienda o guijarros, con agua para hidratar el ambiente.

Temperatura: otro de los cuidados de la begonia que no podemos desatender. Recordemos las begonias son plantas tropicales. Y por más adaptadas que estén, necesitan ambientes cálidos. El rango ideal está entre los 13 y los 22 grados, y tan peligroso es exponerlas a temperaturas más frías como más cálidas.

Fundamental no exponerla a heladas. Algo que tenemos que contemplar tanto en esas macetas que sacamos al exterior como si decidimos plantar begonias en exterior.

Ubicación: Aunque pueda parecernos lógico, es uno de los cuidados de la begonia que no podemos desatender. Hablamos de una especie vegetal que no tolera los ambientes cargados y necesita aire renovado para poder mantenerse sana. Imprescindible mantenerla alejada de cualquier corriente de aire. Como buena planta friolera, podría comprometer su vida.

Sanidad: el último de los cuidados de la begonia. Llegamos al último capítulo para cultivar correctamente la begonia. En lo que respecta a las plagas, la lista de insectos a los que les resulta sumamente apetecible no es pequeña. Trips, pulgones y ácaros son los molestos visitantes más habituales. Como sucede siempre que hablamos de eliminar las plagas del jardín o de las plantas de interior, lo ideal es frenar su avance tan pronto los detectemos.

Begonia Rex

$14.500,00
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Luz: indirecta, uno de los cuidados de la begonia fundamental

A falta de entrar en detalles según la especie, la mayor parte de las begonias necesitan una buena dosis de luminosidad, pero siempre tamizada, no suelen tolerar el sol directo ya que puede quemar sus hojas.

También hay que considerar que un buen número de las tuberosas admiten, incluso, condiciones de semi sombra si bien no es lo habitual en las de cultivo doméstico.

Humedad: regular en el sustrato y ambiental, fundamental para su crecimiento

La begonia es una planta amante de la humedad, pero no confundamos eso con encharcarla. Si bien es cierto que necesita contar con un buen grado de humedad de manera constante, excedernos puede provocar que el sistema radicular se pudra. Más allá de regar cuando realmente es oportuno, es importante que nuestra planta cuente con un sustrato que retengan la humedad, pero, a la vez, sean capaces de mantener la aireación.

Sustrato: Aunque pueda parecernos secundario, el sustrato es clave en los cuidados de la begonia. Consigue nuestra fórmula especialmente diseñada para plantas verdes, tiene que ser suelto con buena carga vegetal, y contenes perlita

Riego: Durante los meses de frío, bastará con un riego cada siete o nueve días; en los meses de calor, tendremos que hidratarla cada máximo tres días. Pero ojo: tan importante como tener buen tino con el riego es saber cómo regar nuestra begonia correctamente. Aunque pensemos que hacerlo con regadera es lo más oportuno, olvidémoslo. Lo ideal es poner agua en el bajo plato de la planta y permitir que sea ella quien se hidrate. De esta manera, evitaremos mojar hojas y flores.

Al margen de esto, la begonia necesita cierta humedad ambiental. Algo que nunca haremos pulverizando sus hojas o flores a riesgo de estropearlas. Lo ideal: colocar un plato bajo la maceta, separado de la base por alguna enmienda o guijarros, con agua para hidratar el ambiente.

Temperatura: otro de los cuidados de la begonia que no podemos desatender. Recordemos las begonias son plantas tropicales. Y por más adaptadas que estén, necesitan ambientes cálidos. El rango ideal está entre los 13 y los 22 grados, y tan peligroso es exponerlas a temperaturas más frías como más cálidas.

Fundamental no exponerla a heladas. Algo que tenemos que contemplar tanto en esas macetas que sacamos al exterior como si decidimos plantar begonias en exterior.

Ubicación: Aunque pueda parecernos lógico, es uno de los cuidados de la begonia que no podemos desatender. Hablamos de una especie vegetal que no tolera los ambientes cargados y necesita aire renovado para poder mantenerse sana. Imprescindible mantenerla alejada de cualquier corriente de aire. Como buena planta friolera, podría comprometer su vida.

Sanidad: el último de los cuidados de la begonia. Llegamos al último capítulo para cultivar correctamente la begonia. En lo que respecta a las plagas, la lista de insectos a los que les resulta sumamente apetecible no es pequeña. Trips, pulgones y ácaros son los molestos visitantes más habituales. Como sucede siempre que hablamos de eliminar las plagas del jardín o de las plantas de interior, lo ideal es frenar su avance tan pronto los detectemos.